jueves, 13 de noviembre de 2008

Católicos, evangélicos y luteranos usan templo común

Brasil, "Solos no teníamos condiciones para construir la iglesia", dice el pastor Wolter Becher, de la Iglesia Evangélica Luterana de Brasil (IELB), hace ocho años radicado en San Luiz Gonzaga, donde presta atención pastoral a las 20 familias de su confesión que viven en San Juan Tujá.

Cada principios de noviembre, las tres familias religiosas - católicos, luteranos y de confesión luterana - Van juntos a un culto ecuménico, que conmemora la inauguración del templo, hace seis años. El templo es administrado por una junta, que observa el sistema de rotación en la presidencia, que es elegido cada dos años.

La capilla es muy sencilla, apta para albergar a las 80 familias de San Juan Tujá, no todos seguidores de alguna de las tres confesiones históricas. "Cuando llegué aquí, había cuatro iglesias pentecostales, hoy en día son ocho, nacidos de cismas internos", informa el pastor Becher.

La construcción de un templo ecuménico fue por la persistencia de la profesora Neide Kochenborger Klein. Ella hizo la promesa de que si pasaba el concurso para magisterio, haría construir un templo para San Juan Tujá. Hasta entonces, las misas, cultos y reuniones religiosas se realizaban en la sala comunitaria o la escuela.

"Todo este trabajo sólo fue posible porque he podido contar con el apoyo de las personas, de la comunidad", dice Neide, que llegó a Garrucha en 1988 y hoy es directora de la escuela local. Participa en proyectos sociales, buscando la integración y la unidad de la comunidad.

El terreno donde se construyó la Iglesia Trinidad fue donado por un parroquiano local. El templo fue construido en diez meses, con mucho esfuerzo y costo 29 mil reales (unos 13,2 mil dólares de los EE.UU.), con fondos recaudados en la ciudad. "Nosotros sólo contratamos a un capataz", informa Neide.

Lo que regula las relaciones entre las tres familias confesionales es el respeto mutuo. El calendario de celebraciones se observa, de manera que cada denominación tiene su espacio de culto.

"Cada denominación establece el altar a su modo. Cuando celebran los católicos, ellos ponen la santa en el altar, que al terminar la misa, se recoge. Las paredes no tienen imágenes ", describe el pastor Griebel Alice, de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Br

asil (IECLB), que sólo tiene dos familias en la ciudad. Alice también reside en San Luiz Gonzaga.

San Juan Tujá está a 45 kilómetros de la sede de Garrucha, municipio que tiene una población de 3,6 mil habitantes, con una tendencia a disminuir debido al fuerte éxodo rural. En la región, los agricultores cultivan soja e invierten en la producción de leche. Los jóvenes prefieren, sin embargo, la vida de la ciudad.

"Lo que nos une es la predicación de la Palabra de Dios en un lugar de culto", dice el pastor de la IELB. Neide relata que el obispo diocesano, José Clemente Weber, visitó San Juan Tujá y se sorprendió con la alternativa encontrada por las familias del lugar. Si bien utilizan un mismo espacio, cada cada una de las tres denominaciones conserva su identidad, subraya.

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